Antes de abordar qué técnicas nos ayudan a tener una buena higiene dental, vamos a explicar qué es la placa bacteriana. Es una capa invisible y pegajosa a la que se llama película adquirida, que está formada por bacterias y azúcares que se pegan a nuestros dientes y que surgen por los restos de alimentos que se acumulan en nuestra boca.
Contents
Tanto el irrigador como el hilo previenen la placa bacteriana
La placa bacteriana es la principal causa de enfermedades bucodentales como las caries y las enfermedades de las encías como la gingivitis. Una vez detectemos que tenemos placa hay que limpiarse muy bien la boca para evitar que la placa se endurezca y que se acabe convirtiendo en sarro.
El tener una higiene bucal completa es muy importante sobre todo en lo que a la placa bacteriana se refiere y en especial para aquellas personas que tengan pavor a los dentistas. Eliminar la placa es sencillo, el problema viene cuando esa placa no se elimina y se convierte en sarro, un tipo de placa bacteriana endurecida de color amarillo y en ocasiones marrón. Una vez aparece el sarro la única opción de eliminarlo de nuestra boca es acudiendo al dentista.
Hay que tener mucho cuidado con el sarro ya que favorece la aparición de caries, al debilitar el esmalte dental, la inflamación y posterior sangrado de las encías desembocando en enfermedades como la gingivitis o la peridonitis, e incluso puede ser la causa de la halitosis. Algunos expertos señalan además que puede tener relación con algunas enfermedades cardiacas o digestivas.
Por estas razones se insiste tanto en la importancia de cepillarse los dientes dos o tres veces al día y usar también hilo dental, cepillos interdentales o irrigadores bucales, al menos una vez por día. Esto se debe a que estos métodos complementarios al tradicional cepillo de dientes permiten limpiar zonas de la boca de difícil acceso facilitando así una higiene bucodental más completa.
El hilo y el irrigador dental previenen la enfermedad de las encías
La boca es una de las zonas de nuestro cuerpo más expuesta a contraer enfermedades dentales por la cantidad de bacterias que se alojan en las encías y los dientes, por eso es muy importante utilizar hilo dental o irrigadores bucales, al menos una vez al día, para poder llegar a las zonas donde el cepillo de dientes no llega. Así que utilizando el cepillo de dientes dos o tres veces al día más hilo dental o irrigador, se reduce el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la placa bacteriana.
Según algunos estudios realizados, las enfermedades de las encías las acaban sufriendo la mitad de la población en algún momento de su vida, siendo además una enfermedad en la que algunas personas son más propensas a sufrirlas que otras.
Hay que tener mucho cuidado con las enfermedades dentales ya que son numerosos los estudios que señalan que una mala higiene dental puede tener relación con algunos tipos de enfermedades no dentales. Según la Facultad de Salud Pública de Harvard, los hombres que hayan sufrido enfermedades de las encías tienen más posibilidad de padecer un cáncer de páncreas.
Una investigación de la Universidad Central de Lancashire apunta que la bacteria que provoca la gingivitis destruye neuronas y por tanto causa pérdidas de memoria y/o confusión, síntomas típicos de la demencia y el Alzheimer.
Otros estudios revelan que las bacterias que generan la placa bacteriana aumentan el riesgo de que las personas sufran enfermedades cardiacas como un infarto e incluso accidentes cerebrovasculares como el ictus. También relacionan estas bacterias con la diabetes y la bajada en el rendimiento deportivo. Esto se debe a que según los estudios, esas bacterias entran en el torrente sanguíneo y se instalan en los tejidos del cuerpo.
Las mujeres embarazadas también tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades periodentales durante el periodo de gestación como resultado de los cambios homonales, lo que provoca que esas bacterias accedan al torrente sanguíneo y por consiguiente puedan llegar a la placenta lo que en ocasiones puede provocar partos prematuros, nacimiento del bebé con bajo peso o preeclampsia y/o eclampsia (presión arterial alta y signos de daño renal que puede desembocar en convulsiones).
Así que a partir de ahora cuando los expertos y dentistas insistan en tener una buena y correcta higiene bucodental hazles caso ya que no solo te va a permitir lucir una boca más bonita y sana sino que también va a reducir el riesgo de que padezcas algunas enfermedades no dentales.
El hilo y los irrigadores bucales mejoran la eficacia del cepillado de dientes
Los expertos bucodentales insisten en tener una buena y completa limpieza bucal ya no por cuestiones estéticas sino por la importancia de evitar padecer diferentes tipos de enfermedades bucales y no bucales. Por esa razón, tiene que quedar claro que con el cepillo de dientes no se consigue una limpieza exhaustiva.
Para llevar a cabo una completa higiene bucal, además del cepillado de dientes, hay que utilizar métodos complementarios como el hilo y los irrigadores dentales ya que acceden a zonas complicadas donde el cepillo de dientes no llega.
Lo que se consigue con el hilo dental es eliminar la placa bacteriana y el sarro que se acumula en la boca además de prevenir enfermedades de las encías como la gingivitis y la halitosis. Utilizando el irrigador bucal se consigue una limpieza más profunda en las zonas blandas de la boca como la encía y el principio del diente.
El irrigador dental reduce también el sangrado de las encías, previene en mayor medida la aparición de caries, en definitiva el objetivo es dejar una encía más sana. Lo que queda claro es que tanto el hilo dental como el irrigador consiguen eliminar los restos de comida de las zonas más complicadas de acceder.
Lo que sí es cierto es que entre los expertos no hay unanimidad de criterios a la hora de recomendar el uso tanto del hilo como del irrigador dental. Algunos señalan que es mejor hacerlo antes de utilizar el cepillo de dientes mientras que otros apuntan los beneficios que tiene llevar a cabo primero el cepillado de dientes y luego el uso del hilo o el irrigador.
Dicho esto, ambos métodos complementarios al cepillado de dientes, se pueden usar cuando uno quiera ya que lo verdaderamente importante y efectivo del hilo y del irrigador bucal no es el momento del uso sino que se utilicen al menos una vez al día para poder tener una higiene bucodental más completa.
El mejor irrigador bucal de 2018
Otras maneras de mantener tu boca sana
Para tener una buena higiene bucal y que además sea completa hay que cepillarse los dientes de dos a tres veces al día y usar además hilo o irrigador bucal al menos una vez, para que así se pueda eliminar los restos de comida que se quedan acumulados en las zonas más complicadas de limpiar. De esta forma, la eliminación de bacterias reduce el riesgo de que nos salga placa bacteriana, sarro o incluso que los dientes se nos pongan amarillos y poder así lucir una sonrisa más sana y bonita.
No obstante hay otras recomendaciones que los dentistas nos repiten y que nos ayudan a llevar un estilo de vida más sano y que benefician nuestra higiene bucodental. Algunas de esas pautas son las siguientes:
- Es importante no abusar e incluso reducir mucho la ingesta de bebidas ácidas y espumosas ya que debilitan el esmalte de los dientes y aumentan el riesgo de que aparezcan caries.
- Tomar productos lácteos y huevos ya que aportan una gran cantidad de calcio, esencial para los dientes ya que se recupera el esmalte que se va perdiendo con el paso del tiempo.
- Pescado azul, muy recomendable incluir este tipo de pescado en nuestra alimentación por su concentración de vitamina D que facilita la absorción de calcio y fósforo pero sobre todo por su alto contenido de Omega 3, un tipo de ácido graso poliinsaturado que el cuerpo necesita pero que no puede producir por sí mismo.
- Frutas y verduras. Eliminan la placa bacteriana y restos de alimentos que se hayan podido quedar entre los dientes gracias al aumento de saliva que se produce en nuestra boca cuando se toman frutas y verduras como las manzanas, el apio o las zanahorias. Además ayudan a limpiar los dientes y que haya una menor inflamación de las encías.
- Cereales y legumbres. Aportan una cantidad de fósforo muy importante para nuestra salud bucodental ya que ayuda a mantener una correcta estructura de los dientes.
- Beber mucho agua ya que ayuda a aumentar la producción de saliva, lo que ayuda a eliminar los restos de comida de la boca y a reducir los efectos que producen los alimentos y bebidas ácidas.
Además, los expertos también recomiendan usar chicles sin azúcar para reducir el riesgo de que aparezca alguna carie; dejar de fumar para evitar la aparición de manchas dentales y mal aliento. En definitiva llevar una dieta equilibrada y baja en azúcar.
Estas recomendaciones no son infalibles ya que para tener una buena higiene bucodental influyen factores externos como el nivel inmunológico de las personas, ya que si se tiene bajo el nivel se corre un mayor riesgo de padecer alguna enfermedad de las encías. También influye el hecho de que hay personas que son más propensas a sufrir problemas bucodentales por tener un esmalte más débil, por tener mal alineados los dientes, etc.
Conclusión
Por tanto, a partir de ahora ya sabemos que gracias al uso del hilo y/o del irrigador dental se tiene una higiene bucodental más sana y completa porque ambos métodos complementarios llegan a las zonas donde los cepillos de dientes no pueden acceder.
El hecho de que eliminen restos de comida, la placa bacteriana y que reduzcan la aparición de diferentes enfermedades de las encías así como la aparición de caries convierten al hilo y al irrigador en los mejores complementos bucodentales.